a boca llena (toma 1)


se llena de estrellas el lívido silencio
el cloro de la luz cubre la tierra cruel
la edad de tu carne, cuerpo dulce, bello,
como esperanza tendida en primavera
nuestras miradas mudan la piel,
confiadas del vapor alado que seduce la soledad
el tiempo es pájaro de vendimia, vencido y encerrado bajo llave
su jaula es la ostra que no suelta prenda

eres tú, la noche rocío que humedece el bosque;
tú, tierra y labrado, vienes en una cascada de cenizas
entre árboles de rayos
muros de cera;
tú, paloma de viento que trenza mi sangre

las promisorias olas traen la primavera en absurdas osamentas
por amor, ojos de niebla, nuestras voces rompen lo simple de vivir
mientras el mar le gana a la costa el espacio del alba
arrastra el carruaje de la angustia
nos acerca a la boca de la muerte
y la soledad me parece inmensa y me deslumbra
la muerte es entregar el fuego, mi corazón
común muerto soy yo, entero
trigo de la sangre

en la playa nadan gradaciones de espejos
vaho nada perecedero
delante, nada; y detrás, nada
gloriosamente inmóvil
sorbo la flor de la que tu néctar emana
brillan tus senos de dunas blancas
entre melodiosas espinas del tiempo,
titilan las estrellas del manzano
el anémico vacío desova en la desnuda noche
y gira el amor en colores de fuego
sobrepasa la montaña
y desde su rincón,
la altura del cielo
te siente temblar.

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