des(h)echo de poemas

mi boca
es un fuego sordo
donde quema tu nombre
cada vez que lo pronuncio
y mi alma hecha lombriz
se apena a tientas
al sentirte alejar
en las alas
de la distancia
quizá huyendo
quizá migrando
no sé
apostada al vértigo
que trae
saberse al viento
como el polen
mientras las verdades
se deshojan
como una maravilla
a la que le llega la súbita
senilidad
o como el concreto
agrietado
donde inciden
las sombras que
voy ajando
como un papel
con poemas
que no sirven
pero quién sabe
tal vez es que
los poemas me
desechan a mí
insinuado siempre
en la textura volátil
de tu vientre
mientras te siento
sudar las memorias
que arderán mañana
en mis manos vacías

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