dios con hambre


la pulsión
avanza en tu boca  

palpo la pared del motel
blandamente 
entre decretos de energía,  
sal y muerte

la luz amalgama 
el temblor del agua

habría silencio si se tratara
de la cuantización de la casa

nombrarte es decir el cuerpo de la memoria,
tomarte con hierbajos

soy tan libre como un desastre

el almendro que piensa en la tierra
nunca absorbe toda las palabras:
así es la estética de lo infinito,
lo que radia

al final, destello,
y desciendo a comerme
los cielos
de tu cuerpo

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